Tu poder esta en mi tinta, lo que imagino de ti
y proclamo a los vientos, tu belleza se desparrama con mi lengua
sin mis besos, los poemas se caerían como las hojas de los árboles
o como la colilla de un cigarro que fumaste para mi.
Tu placer no es contigo misma, el río quieto estancaba renacuajos
disparaba el polen certero, impacta en los pétalos la pisada fuerte
del rinoceronte, soplaba violento sobre tu delgado tallo de hierba
firmamento vacío sin sol, paisaje violento sin ternura quejumbrosa
se apretaba la tierra bajo el colchón de nubes donde reposas perezosa
estallaban las guerras, los hombres se mataban y tu, hablándole
a un peluche, ciego, mudo, y mostrándole tu hombro y el muslo
caluroso por clamor, de causa que reclamas porque los muñecos no hablan
lloras porque cayó un polluelo del árbol, y ayer mataron a mil de tanto perder
ven, que no mueren las flores, la carne putrefacta abona la joven maleza
crece gigante hacia los dientes de las bacas que pastan para el asado carnicero
de la guerra masculina humana y berborreante, recuéstate, espéralo,
no le llores que te mata, aun no se da cuenta que ha llegado a casa.
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