
Dijiste que el mañana sería claro y el horizonte
mío tanto como el verdor de las lechugas
el morado de mi piel mestiza me habla
rendiste tributo a la inteligencia, tanto que la ultrajaste
pensando mientras tanto que le hacías el amor
Saltaste antes que yo como gesto valiente
de que podríamos hacerlo también
pero hiciste trampa
me dejaste varado a la orilla ciega del fondo
Imaginando, solo imaginando, nuca palpando
Palpándola
Palpándola, llorando
existe un mundo real repetías, tan real como el efecto
de mi causa rebelde, pintaste de fatal lo ajeno
me amabas, decías y te esclavizaste de nosotros, tienes miedo
y yo rabia.
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