Los presos quemados
de la cárcel de San Miguel visitan mi soledad inconsolada
los apaleados colegiales, las ultrajadas estudiantes
extranjeros en su propio paraje,
pisoteada la cara del inocente beso infantil,
burlada la mirada limpia para estafar tu anhelo
pronombres inventados en oraciones comerciales
adjetivos abofeteados,
pon la otra mejilla estúpido!
el corazón investigado por ser bomba terrorista
prohibido llorar,
prohibido sentirse pobre
los supermercados llenos de comida
los televisores en rebaja
los mil canales de TV que tú quieras ver
excitación plastificada,
tactos inocuos,
lenguas falseadas
la locura trasladada a tu cabeza enpastillada
no es Vietnam, no es la Guerra Fría,
Rambo está cesante,
los jipis sobrevivientes, envidian a los muertos
la guerra terminó, volver a casa fue peor
nos queda apenas la inocua risotada del cogollo
no hay muro en Berlin, no hay desfiles de banderas rojas
el culpable es tu cabeza,
el culpable es tu cabeza,
repite el farmaceutico
culpado de soñar y no comprar,
culpado por llorar y sentir
culpado de egoísta,
mal agradecido al no aceptar el crédito
para anestesiar tu cerebro y gozar ciego el plástico
extasiado,
de la perfumada marca de vitrina perfumada,
la culpa grabada con un fierro caliente en la nalga estrella
roja,
tu elegiste no comprar, no te quejes dice el verdugo,
solo de verdugos quieren poblar la tierra,
solos, verdugos
solos
plagados en multitudes
la locura heredada como riqueza,
deberías enorgullecerte
supermercados llenos de comida,
rubias a la carta, morenas
en frenesí
musculosos galanes polígamos viriles a la hora de almuerzo,
a los pies de tu cama, hombres de verdad, si te aburre
apágalo,
llena el cupón y
sueña con besarlo
hembras danzando libres, no olvidarán rezar.
mute, el control remoto, adormilado el parpado derrotado
la tele apagada en sonámbulo final
de otro día mas.
Pablo León
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