
Hojas de Hierba
WHALT WITMAN
1855
Acudiré y permaneceré con aquella que me espera
y con las mujeres de sangre cálida y suficiente para mí,
Compruebo que ellas me comprenden y que nada me rehúsan.
Compruebo que ellas son dignas de mí, yo sería el robusto esposo de esas mujeres.
Ellas no me son en un ápice inferiores,
Ellas tienen el rostro curtido por el resplandor de los soles
el soplo de los vientos,
Ellas tienen las carnes con la vieja divina flexibilidad y su pujanza,
Ellas saben cómo nadar, remar, cabalgar, luchar,
cazar, correr, golpear, retroceder, avanzar, resistir y defenderse ellas mismas,
Ellas son fundamentales en su propio derecho, ellas permanecen serenas, lúcidas, en pleno dominio de ellas mismas.
Yo te estrecho entre mis brazos, mujer,
Yo no puedo dejarte marchar, yo quisiera hacerte bien,
Yo soy para ti y tú eres para mí,
no sólo por la vibración de nuestras carnes sino por la de los otros,
Envueltos, en ti duermen los más grandes héroes y bardos. Y se rehúsan a despertarse y tocar otro hombre que no sea yo.
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